Le pasa a mucha gente y le seguirá pasando a mucha más: ponerse a dieta, bajar un peso considerable en poco tiempo pero recuperarlo casi en menos tiempo, incluso ganar algo más. ¿Te ha pasado? Te contamos qué es el efecto rebote, cuándo ocurre y cómo evitarlo.
¿Qué es el efecto rebote?
Lo primero que debemos saber es qué es el efecto rebote. Aunque el nombre lo deja bastante claro. El efecto rebote es una de las consecuencias de algunas dietas, sobre todo en las que buscan reducir mucho peso en muy poco tiempo.
El efecto rebote surge cuando, tras perder esos kilos de más, recuperamos todo lo perdido y le sumamos, en ocasiones, algún que otro kilo a la ecuación. Al final, nos encontramos que hemos perdido un tiempo muy valioso, hemos hecho un gran esfuerzo, sacrificio, hemos pasado hambre y el resultado es que pesamos más que al principio.
Obviamente, el efecto rebote no sólo afecta al físico, también a la cabeza, pues el golpe psicológico es tremendo. Pero, ¿por qué y cuándo ocurre el efecto rebote? Tener respuesta a esta pregunta, sobre todo antes de comenzar una dieta, es clave para tomar una decisión adecuada al respecto.
Por otro lado, si estás entrenando con asiduidad, mayor motivo como para dejarte asesorar por un profesional. Con una dieta adecuada y esta rutina de 12 semanas para ganar definición, en tres meses estarás perfecto.
Cuándo ocurre el efecto rebote
Saber cuándo ocurre el efecto rebote te puede prevenir y alertar de un problema de salud grave, antes de que éste tenga lugar.
El efecto rebote ocurre cuando el propio organismo, al ver reducido el número de calorías que necesita, actúa y reduce el gasto energético y ralentiza el metabolismo. Para conseguirlo, expulsa el agua que no necesita y evita retener líquidos, lo que implica esta primera pérdida notable de peso.
El siguiente paso es recurrir a masa muscular, mientras que la grasa localizada se mantiene, pues el cuerpo la interpreta como un elemento a almacenar por si fuera necesario en el futuro. Justo la que te quieres quitar de encima, es la que no se va. Obviamente, esto es un problema, que tiene repercusiones a corto/medio plazo con el efecto rebote.
Entre las consecuencias del efecto rebote, encontramos también un sentimiento de culpa que puede llevar a mucha gente a dejarse llevar de forma definitiva. Incluso, en el peor de los casos, hay personas a las que el efecto rebote les deriva en una depresión o en problemas de conducta alimentaria.
Por otro lado, si la dieta no está controlada por un profesional, la carencia de nutrientes puede llegar a ser peligrosa para la salud. Al final, estamos limitando el consumo, entre otras, de vitaminas y proteínas.
El efecto rebote arrancará de la mano de tus ansias por comer todo lo que no has podido durante la dieta. Además, tu cuerpo te pedirá mucha más cantidad de la que necesitas. Al tener el metabolismo mucho más lento, no conseguiremos quemar las calorías ingeridas y éstas seguirán acumulándose en el interior del cuerpo.
Y es que, las dietas hipocalóricas, que son la mayoría de las que provocan efecto rebote, son inviables de mantener en el tiempo. Sus restricciones y falta de nutrientes están lejos de ser equilibrados. Por tanto, conviene seguir una dieta saludable que aporte vitaminas y nutrientes al organismo, antes que dejar de comer.
Perder peso siempre es algo gradual. Hacerlo de golpe nunca es sano.
Cómo evitar el efecto rebote
Te hemos contado el qué y el cuándo pero, sobre todo, interesa que sepas cómo evitar el efecto rebote. Curiosamente, la forma de hacerlo es seguir consejos que, a priori, parecen lógicos pero que mucha gente acaba ignorando porque sólo piensan en resultados a corto plazo.
- Control profesional – Esto no es negociable. Cada dieta es única para cada persona y, para conseguirla, debes acudir a un nutricionista que te prepare una dieta equilibrada y personalizada, además del seguimiento de tu proceso.
- ¿Pasar hambre? – Pasar hambre nunca es bueno. Al contrario, si tienes mucha hambre, puedes generar ansiedad o asaltar el frigorífico y coger lo primero que pilles que, por lo general, no está en la dieta. En tu dieta personalizada, el profesional debe adaptar la cantidad de comida y tus horarios para que el plan sea lo más efectivo posible.
- Haz deporte – Con una rutina de ejercicios adecuada, combinar deporte y dieta personalizada son los elementos necesarios para obtener buenos resultados.
- Paso a paso – Con todo y con esto, los kilos que vayas perdiendo serán progresivos e irán poco a poco. Nadie dijo que fuera fácil, pero tampoco esperes milagros, ni pérdidas masivas de peso en pocos días. Eso sí, el peso que vayas perdiendo, lo irás consolidando, limitando así la aparición de efecto rebote. La recomendación es perder entre medio kilo y un kilo cada semana de dieta. Más allá de esta cantidad, es peligroso.
- Objetivo – Por otro lado, cuando empieces la dieta, debes marcarte un objetivo a cumplir. Es decir, quieres perder tanto peso en tanto tiempo e intentar cumplirlo. Debe ser un objetivo que puedas alcanzar y, sobre todo, debes ser consciente de los sacrificios que va a suponer. No pierdas de vista tu objetivo pues te ayudará a subir la moral cuando estés bajo de ánimos.
- Dieta de mantenimiento – Uno de los problemas con el efecto rebote es que mucha gente, al alcanzar su objetivo, se relaja y se deja llevar. Para evitar que esto pase, necesitas una dieta de mantenimiento. Aprovechando que ya te has habituado a la comida saludable, a una rutina concreta y a determinados alimentos, el nutricionista te hará una dieta normocalórica que debes mantener durante 90 días. Éste es el tiempo que necesita tu cuerpo para hacerse al nuevo peso y asumirlo como el peso de referencia. Es decir, normalizar tu nueva figura.
- Salidas de tono controladas – Puedes salir, comer fuera y divertirte. Obviamente, no vas a controlar los ingredientes y medidas de lo que comas en un restaurante, pero sí puedes pedir un plato sano con ciertas licencias y disfrutarlo como merece.
Originally posted 2021-05-06 02:24:08.